Llevo impresa mi edad
en cada resonancia de mi Alma,
donde sólo yo sé cómo me siento
a primera hora de la mañana.
Tengo la luz impregnada en las venas,
y la sabiduría a merced
de lo que el silencio quisiera darme;
la fluidez de los ríos manando en mí,
libremente;
la rudeza de los montes
y la suavidad de los valles,
en cada resonancia de mi Alma,
donde sólo yo sé cómo me siento
a primera hora de la mañana.
Tengo la luz impregnada en las venas,
y la sabiduría a merced
de lo que el silencio quisiera darme;
la fluidez de los ríos manando en mí,
libremente;
la rudeza de los montes
y la suavidad de los valles,
en los montículos, bajo la piel,
tras unos senos oscilantes.
Soy el águila que planea
en la inmensidad del cielo,
tras unos senos oscilantes.
Soy el águila que planea
en la inmensidad del cielo,
extensión de un espacio
eternamente cambiante y siempre abierto.
Soy el eco del suicidio
que ha abrazado seguir viva,
con el corazón vibrante
bombeando sangre enardecida.
Soy las manos de tus bolsillos
acariciando un botón olvidado,
un pañuelo que sale en tu auxilio
y una moneda de cambio.
Vengo de un lugar llamado miedo,
donde sobrevivir, a veces, te perseguía.
Sin tiempo para pensar, vibrar ni sentir...
atrapada en el interior de ese demencial reloj
en el que le faltaban horas al día
( y días a la energía).
eternamente cambiante y siempre abierto.
Soy el eco del suicidio
que ha abrazado seguir viva,
con el corazón vibrante
bombeando sangre enardecida.
Soy las manos de tus bolsillos
acariciando un botón olvidado,
un pañuelo que sale en tu auxilio
y una moneda de cambio.
Vengo de un lugar llamado miedo,
donde sobrevivir, a veces, te perseguía.
Sin tiempo para pensar, vibrar ni sentir...
atrapada en el interior de ese demencial reloj
en el que le faltaban horas al día
( y días a la energía).
Más allá de la Edad que una persona asegura,
un cuerpo delata
o un documento confirma...
estoy más allá de la Edad
que mi Alma manifieste
según el puente que atraviese
o el momento concreto del día.
Soy de un lugar llamado Amor.
Lo he recordado... mientras venía.
® Lucía Navarro
Luna