jueves, 16 de octubre de 2014

Amor De Cuatro Décadas


AMOR DE CUATRO DÉCADAS *

De Amanda Adela Volpe a Hidelber Lujan Piqueras,
en su 38 aniversario de boda.

Treinta y ocho años remando juntos, con arrojos,
y todavía fascina el fuego en tu mirada,
esa alma limpia y brillante, que entró por mis ojos
dejando la mía prendida y arrebatada.

Al compás de esa música, calmante de enojos
susurras <<el tiempo no sabe, señora amada,
marchitar el toque sensual, ni por sus sonrojos,
y esa fuerza volcánica a su mirar ligada>>.

Mis pensamientos se evaporan entre tus brazos
como la blanca nieve al llegar la primavera,
me liberas cuanto más aprietas nuestros lazos,

cuando me miras así florezco en tu pradera.
De tus cinco tipos de sonrisas y sus trazos
justo ésta me transporta al calor de nuestra hoguera.

Otro tiempo más lejano de andares medidos,
en recatados vestidos, casi nos releva;
y cabellos en un moño y perlas recogidos
en trenzado suave sobre un cielo en luna nueva.

Parece me dijeras, del talle bien asidos,
<<señora, deja huellas por donde camina, eleva,
que la hace dueña de cualquier lugar>>, los sentidos
idos por el embrujo en el que tu voz me lleva.

Me desborda en el pecho un cariño que me ahoga,
un leve sollozo adormecido rasga el viento
y en un suspiro, un profundo amor se desahoga.

Te miro... y en tu mirar algo estalla, lo siento.
Bello como la flor de invierno que se desfoga
fusionándonos en el brindis de nuestro cuento.   
                     

© Lucia Navarro Luna


* Soneto alejandrino doble

martes, 7 de octubre de 2014

A Través Del Agua Del Tiempo


Aún no he aprendido a vivir sin ti,
mi apoyo, mi sueño, mi amigo, mi amor;
   aun no consigo comprender
por qué las cosas se hayan dado así,
porqué he de seguir este camino sola, sin ti:
              Mi Vida, Mi Luz y Mi Sol.

    Es tan difícil seguir con lo que dejé paralizado,
otra vez lo abarcas todo...
                   no imaginas cuanto.
Desaparecen mis elfos, mis gnomos y nuestras hadas
      porque después de ti...
                 no queda nada.

  No pude decirte adiós,
pero tampoco hoy sería capaz de hacerlo.
Sacarte de mi vida...
   sacaros de mi vida...
fue un dolor que no conseguí superar.
   Y hoy, que el cielo tuvo clemencia de mí,
te encuentro como te dejé,
ausente y distante,
con una nueva vida sin mí,
en otro camino...
                     con otro candil.



      © Lucía Navarro Luna