De Amanda Adela Volpe a Hidelber Lujan Piqueras,
en su 38 aniversario de boda.
Treinta
y ocho años remando juntos, con arrojos,
y
todavía fascina el fuego en tu mirada,
esa
alma limpia y brillante, que entró por mis ojos
dejando
la mía prendida y arrebatada.
Al
compás de esa música, calmante de enojos
susurras
<<el tiempo no sabe, señora amada,
marchitar
el toque sensual, ni por sus sonrojos,
y
esa fuerza volcánica a su mirar ligada>>.
Mis
pensamientos se evaporan entre tus brazos
como
la blanca nieve al llegar la primavera,
me
liberas cuanto más aprietas nuestros lazos,
cuando
me miras así florezco en tu pradera.
De
tus cinco tipos de sonrisas y sus trazos
justo
ésta me transporta al calor de nuestra hoguera.
Otro
tiempo más lejano de andares medidos,
en
recatados vestidos, casi nos releva;
y
cabellos en un moño y perlas recogidos
en
trenzado suave sobre un cielo en luna nueva.
Parece
me dijeras, del talle bien asidos,
<<señora,
deja huellas por donde camina, eleva,
que
la hace dueña de cualquier lugar>>, los sentidos
idos
por el embrujo en el que tu voz me lleva.
Me
desborda en el pecho un cariño que me ahoga,
un
leve sollozo adormecido rasga el viento
y
en un suspiro, un profundo amor se desahoga.
Te
miro... y en tu mirar algo estalla, lo siento.
Bello
como la flor de invierno que se desfoga
fusionándonos
en el brindis de nuestro cuento.